Paisea (promoción Paquete 4 Revistas)

Descripción

Paquete PAISEA (4 revistas) Números: 13,16,18 y 23.
Paisea 13 La noche
Estamos todos de acuerdo en que el paisaje se transforma, muta con el paso del tiempo resultado de múltiples ciclos temporales, pero parecemos prestar poca atención al ciclo más básico de todos, el del día y la noche, el que se repite día tras día y nos pauta en nuestras rutinas diarias desde que nacemos. El paisaje nocturno debería ser un paisaje a tener en cuenta, a valorar y analizar no solo desde el punto de vista funcional sino también cualitativo, al igual que hacemos con el paisaje diurno. Pero pocos son los proyectos que se plantean desde esta perspectiva, perdiendo la oportunidad de proyectar con lo intangible, que como dice Maurici Ginés en su artículo, es un reto, el de pensar en la luz como un elemento más a tener en cuenta al proyectar, o bien como escribe Alessandra Cianchetta en la sección verde, trabajar con elementos inestables, y no sólo con las herramientas estables y definidas más habituales.

Paisea 16 Cicatrices
La palabra Cicatriz lleva a pensar a priori en el resultado negativo de un suceso adverso. Es inevitable pensar en el organismo humano para referirnos a las consecuencias visibles que se producen como resultado de la curación de una lesión sobre nuestro cuerpo, o a las secuelas aparentemente invisibles que puedan derivar de un daño emocional. En el primer caso las cicatrices constituyen principalmente una preocupación por motivos estéticos, especialmente si se encuentran en zonas más visibles; mientras que en el segundo el tratamiento depende también de soluciones intangibles. Trasladando la analogía a las cuestiones territoriales, las cicatrices que son objeto de un proyecto de restauración o reordenación devienen nuevos enclaves que son evidencia de la evolución histórica, cultural y del trabajo de un pueblo y su hábitat. Las intervenciones que en este número se presentan cicatrizan una herida en el territorio, recuperando para la sociedad entornos rurales, industriales o urbanos merecedores de nuevas oportunidades. Los lectores descubrirán proyectos que persiguen objetivos bien distintos: mientras unos pretenden curar la herida devolviendo el paisaje a su estado anterior, otros apuestan por mantener la marca que identifica el lugar, entendiendo que se trata de su evolución lógica y por lo tanto ha de reflejarse su historia o dejar visible la huella del suceso que lo transformó. En concreto hablaremos de canteras como mutilaciones de una geografía que sufre una fuerte transformación espacial, con adecuaciones a otros usos tras el cese de la actividad o con futuras propuestas de restauración simultánea a su explotación. De zonas industriales obsoletas que se convierten en espacios públicos al quedar en desuso o atrapados por el crecimiento de la ciudad. E incluso de intervenciones abandonadas sin futuro como consecuencia de los momentos de crisis global actual. De otro tipo de intervenciones que responden a heridas que van más allá de lo físico o material, pues conmemoran una pérdida y tratan de mantener vivo el recuerdo. Conoceremos asimismo puntos de vista más técnicos, a través de los artículos y de la sección verde, donde se analizan procesos sobre el tratamiento paisajístico de una de las heridas más frecuentes en nuestros bosques: los incendios forestales. En definitiva, cómo hacer frente a situaciones tan complejas como las que presentan estos lugares degradados y muchas veces olvidados, y aun así, reflexionemos sobre cómo forman parte de nuestro entorno y nuestro paisaje cotidiano, sin avergonzarnos, reconociendo en ellos su valor cultural, social y productivo, y por tanto siendo parte de nuestra identidad. No obstante, como potenciales transformadores de nuestro territorio, no dejemos nunca de preguntarnos si la aparición de estas cicatrices puede ser evitada desde la fase de proyecto.

PAISEA 18 PAISEA LANDSCAPE & ART
El presente número de Paisea forma parte de esos números cuya temática se aleja de la de los habituales trabajos del paisajista, acercándonos a los límites de otras disciplinas, en este caso vinculadas al mundo del arte en todas sus vertientes. Para abordar tanto el arte de proyectar en el paisaje como las diferentes formas de introducir el arte en el paisaje, en este número queremos huir de etiquetas y clasificaciones complejas y simplemente mostrar intervenciones frescas, curiosas, divertidas y sin complejos, que muestren el potencial del uso de las artes plásticas a la hora de intervenir en el paisaje. Queremos que la lectura y el disfrute de este número nos anime a todos a liberarnos de pesadas cargas e imposiciones para valorar hasta qué punto una obra transmite tanto más cuanto más enriquecedor es el proceso de creación de esta. Los proyectos presentados son pues fruto del trabajo de artistas, paisajistas, arquitectos, etc profesionales de diversas formaciones que, bien a través de su particular mirada o gracias a fructíferas colaboraciones, abordan la intervención en el paisaje de manera muy distinta con resultados siempre interesantes y a menudo sorprendentes.

PAISEA 23
Lejos de convertirse en paisajes acabados resultado de un proyecto finito, Michel Desvigne Grand Prix del Urbanisme 2011- defiende en el artículo que abre este número que las intervenciones que asumen importantes extensiones de territorio derivan en ámbitos conscientemente inconclusos, en continua transformación. Por tanto la gran escala implica espacio, pero también tiempo. ¿Cómo recoger la complejidad de factores implicados en este tipo de propuestas donde las grandes dinámicas del territorio juegan un rol esencial y suelen depender de un desarrollo planteado por fases? Artículos, Estrategias, Planes y Proyectos en ámbitos urbanos y rurales de todo el mundo nos trasladan a una nueva dimensión en la que se entremezclan en atractivas cartografías, todos los valores del paisaje, tanto los materiales como los intangibles. Descubriremos asimismo casos en los que la planificación del paisaje a gran escala deviene finalmente una herramienta fundamental para potenciar modelos de turismo responsable y solidario, además de un instrumento de protección de la identidad de un territorio.